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Foto del escritorBettina Russian

Nuestro recorrido por Hanói, la enérgica capital de Vietnam

Actualizado: 6 mar 2020

El Barrio Antiguo, el Barrio Francés, el Lago Hoan Kiem, el Mausoleo de Ho Chi Minh y el teatro de marionetas de agua son las atracciones más famosas de esta ciudad del sudeste asiático

Paseo en tuk tuk por el Barrio Antiguo de Hanói.

Motos, tráfico, puestos de comida callejera, tuk tuks, gente, buhoneros, cafeterías, mochileros. Si tuviese que resumir mi experiencia en la capital de Vietnam, sería así. Es una ciudad caótica, pero muy interesante. Creo que una visita a este país del sudeste asiático no estaría completa sin ir a Hanói.

Nosotros pasamos cuatro noches y no nos dio tiempo de conocer todo lo que tenía planeado para ver dentro y en los alrededores de la ciudad. Sin embargo, nuestra estadía fue suficiente para llevarnos una buena idea de este lugar rico en influencias chinas y francesas.

Comenzaré mi reseña con una nota curiosa: Hanói cuenta con un mosaico de 4 kilómetros que le ha valido un récord Guinness. Al llegar del aeropuerto, fue lo primero que llamó nuestra atención. Muestra escenas de la historia de Vietnam e imágenes de lugares de Asia. Desde el taxi podrás ver gran parte de mural.


Centro y vida de la ciudad

El Barrio Antiguo es el primer lugar que deberás visitar en Hanói. Nosotros nos hospedamos en un Airbnb en la zona, ideal para caminar a todas las atracciones. Eso sí, prepárate para esquivar motos en las aceras, taburetes y mesas, gente lavando platos en la calle y puestos ambulantes de comida rápida local.

Al principio, con los niños, nos costó un poco acostumbrarnos a este desorden citadino. Especialmente en Ho Chi Minh, la primera ciudad que visitamos en Vietnam. Hanói fue nuestra última parada, así que ya nos habíamos adaptado a cruzar las estrechas calles y al mismo tiempo evadir las motos.

En el Barrio Antiguo queda el famoso paso del tren, que se ha convertido en una atracción turística única donde los visitantes pueden sentarse en un café a muy poca distancia de los rieles y ver un tren pasar a toda velocidad por medio de una calle estrecha. Las autoridades han tenido que controlar el acceso a la calle ya que, con el número de turistas en aumento, el peligro es mayor.

Nosotros pudimos pasar y sentarnos en una cafetería, pero tengo entendido que ahora cuando pasa el tren (una o dos veces al día), la entrada a la zona es limitada. Para nosotros fue suficiente estar allí media hora, tomar algunas fotos y una cerveza.

Al lado del Barrio Antiguo queda el Barrio Francés donde visitamos la Catedral de San José. No pudimos entrar, porque fuimos en el horario de la misa de Navidad y el lugar estaba abarrotado de gente. Sin embargo, oímos una parte de la eucaristía. También visitamos la ópera, otra edificación de estilo francés, y caminamos por sus alrededores donde hay restaurantes y tiendas de lujo.

Muy cerca está el Lago Hoan Kiem, el corazón de la capital ya que a su alrededor se articula toda la ciudad vieja de Hanói. Allí visitamos el Templo de la Montaña de Jade (Ngoc Son) y su famoso puente rojo o Puente de la Luz de la Montaña (Cau The Huc). Se trata de un espacio dedicado a lo espiritual y sagrado (muchas personas van a rezar), así que cuida tu vestimenta. A mí me tocó ponerme un camisón para cubrirme las piernas, ya que andaba en shorts.

Hay que pagar una entrada de 30.000 VND, pero vale la pena cruzar el puente y entrar al templo dedicado a los filósofos confucianos y taoístas, y al héroe nacional Trang Hung Dao. Allí también vimos una vitrina donde se muestra una enorme tortuga disecada. Obviamente, esto fue lo que más llamó la atención de los niños.

Justo al frente del puente queda el teatro de marionetas de agua Thang Long. Compré las entradas con antelación para disfrutar el espectáculo cerca del escenario-piscina y valió la pena. ¡El teatro estaba lleno!

Los títeres acuáticos son una tradición del norte del país que data del siglo XI. Cuando los campos de arroz se inundaban, los habitantes se entretenían usando esta forma de juego de títeres de madera. A los niños les encantó el show y fue agradable alejarnos del estrés de la ciudad para disfrutar de una muestra de la riquísima cultura vietnamita.


Visita histórica

Dicen que una visita a Hanói no está completa sin ir al Mausoleo de Ho Chi Minh, donde descansan los restos del líder comunista. Está ubicado en la plaza Ba Dinh, el lugar donde éste declaró la independencia de Vietnam (de Francia). Ho Chi Minh fue un político, militar e insurgente, considerado como una figura clave en la fundación de la República Democrática de Vietnam en 1945 y del partido comunista durante la Guerra de Vietnam.

Por segunda vez tuve que improvisar en mi atuendo ya que, para entrar a la plaza, también hay un código de vestimenta. De hecho vimos como los militares rechazaban la entrada de mujeres en shorts cortos o camisetas sin mangas, y luego hacían señas disimuladamente a un señor que vendía pashminas escondido en una esquina. Un negocio redondo. Yo con un sweater alrededor de las piernas solucioné el problema y escapé del timo.

La seguridad es rigurosa, así que ve preparado. Cuando fuimos el mausoleo estaba cerrado, así que caminamos por la plaza y cerca de la edificación que de por si es bastante impresionante. Sinceramente teníamos poco interés de ver a Ho Chi Minh (no nos importa rendirle tributo a comunistas). Pero vale la pena recorrer los alrededores del lugar y ver la Pagoda del Pilar Único que, como bien dice el nombre, está formada por un único pilar.

Se trata de un pequeño templo budista de casi mil años de antigüedad ubicado en el medio de un estanque muy bonito rodeado de vegetación y lleno de flores de loto. La entrada es gratuita.


Visitas cercanas: lo más interesante

A unas tres o cuatro horas en carro de Hanói se encuentra la bahía de Halong, que se caracteriza por sus islas de piedra de varios tamaños y formas. El área fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1994 y desde 2011 es una de las nuevas siete maravillas naturales del mundo.

Este fue uno de los lugares más hermosos que tuvimos la dicha de conocer en Vietnam. Por ende, merece un artículo aparte. Próximamente les compartiré una nota sobre nuestra experiencia en la bahía a través de un crucero tradicional. Definitivamente, el momento más esperado de nuestro viaje de 14 días por este país del sudeste asiático.

Gracias a la recomendación de un amigo vietnamita conocimos Ninh Binh, ubicado a unas dos horas en carro de Hanói. Comenzamos nuestro day tour en el complejo de Trang An, que en 2014 también fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el área hay más de 310 tipos de plantas raras y preciosas, como piedra caliza, orquídeas, madreselva, enebro y muchas especies de aves como el fénix.

En un recorrido en bote tradicional pudimos admirar el paisaje, remar y pasar por unas cuevas increíbles. Las primeras dos cuevas fueron las más naturales e impresionantes, pero súper pequeñas en algunos lugares, así que hay que tener cuidado e ir con la cabeza abajo en casi todo el recorrido.

Luego visitamos la montaña Mua, ubicada igualmente en el área de Ninh Binh. Para llegar al tope hay que subir más de 500 escalones de piedra en zigzag. Arriba está el altar de la Diosa de la Misericordia y la Montaña del Dragón. Los niños se portaron como unos campeones y todos logramos llegar al tope para contemplar el paisaje.

Para finalizar nuestro tour de un día por Ninh Binh fuimos a la Pagoda de Bich Dong, cercana a la montaña Ngu Nhac que data de 1428. La zona comprende tres estructuras: pagodas Ha, Trung y Thuong, en orden ascendente. Algunos de los templos están construidos dentro de las cuevas y pudimos explorar cada una sin problemas.

Nuestro guía nos comentó que las pagodas y otros templos siempre se construían en montañas o cuevas para evitar que las inundaciones dañaran las edificaciones y las ofrendas. Durante el recorrido nos topamos con varios grupos escolares y algunos niños no perdieron la oportunidad de tomarse fotos con nuestros hijos. Muchos vietnamitas no están acostumbrados a ver occidentales, así que éramos el centro de atención.

Definitivamente Hanói es una ciudad muy interesante. Cuenta con lugares mágicos a muy poca distancia como Ninh Binh o Halong, ideales para escapar del caos capitalino. Su comida es riquísima, su café ni hablar. Pasear en tuk tuk por su Barrio Antiguo, caminar por su Barrio Francés, descansar frente al Lago Hoan Kiem y disfrutar del teatro de marionetas de agua son las actividades que resumen nuestra experiencia en esta ciudad enérgica y llena de cultura.


Galería de fotos (slideshow)



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