El hogar del Salto Ángel es un destino obligado para los amantes de la naturaleza y la aventura
Venezuela es uno de los países más bendecidos en lo que a naturaleza se refiere. Para muchos, esta afirmación podría considerarse un lugar común. Sin embargo, después de visitar sus playas, montañas, ríos y sábanas, no hay error en la reiteración.
Mi esposo y yo lo confirmamos en un viaje a Canaima, en el Estado Bolívar, uno de los destinos más cotizados del mundo. Su geografía única se caracteriza por grandes tepuyes (mesetas) de interés geológico y hermosas caídas de agua que forman ríos de impresionante extensión y caudal.
En sus 30 mil kilómetros cuadrados de extensión (que lo convierten en el sexto parque nacional más grande del mundo) resalta el Kerepakupai Vená, mejor conocido como el Salto Ángel. Esta caída de agua –la más alta del mundo- nace en el tope del Auyantepuy, tiene una altura de 979 metros y está catalogada como un Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Nuestro viaje duró tres días llenos de aventura, naturaleza pura y cultura:
Día 1 (Laguna, Saltos El Hacha y El Sapo): A Canaima se puede volar desde Caracas, Margarita, Ciudad Bolívar y Puerto Ordaz. Elegimos la última opción y nos embarcamos en un vuelo de unos 40 minutos de duración hasta el pintoresco aeropuerto de Canaima. Al llegar, te recibirán con los brazos abiertos, y rápidamente te ubicarán en el paquete turístico que hayas elegido.
Al llegar a la posada, disfrutamos de un rico almuerzo y decidimos ir a conocer la famosa Laguna de Canaima. Impactante, sin lugar a dudas. La arena de su playa es blanca en algunos lugares y rosada en otros. ¡Métete sin miedo! Aunque el agua es fría, al poco tiempo te acostumbrarás.
Desde la laguna salimos en Curiara (embarcación indígena) a conocer el Salto El Hacha y el Salto el Sapo. Este último ofrece una vista impactante, con muchos tepuyes a su alrededor, además de la posibilidad de divertirse al pasar por detrás de su caudalosa caída de agua. Diviértete a lo grande en este paraíso de la naturaleza, dejándote refrescar por estas aguas de altura.
De regreso en el campamento, disfrutamos de una buena cena y de un interesante bar con karaoke que ameniza las noches de este pueblo, ideal para entablar excelentes conversaciones e intercambios culturales con esos nuevos amigos que hayas cosechado de múltiples nacionalidades.
Día 2 (Mirador Ucaima, Pozo de la Felicidad y Salto Ángel): Listos para empezar el día, tomamos el desayuno y nos trasladamos hasta el Mirador Ucaima donde nos montamos en la curiara que nos llevaría en unas cuantas horas al Salto Ángel. El tiempo se te pasará volando, pues el paisaje te deleitará a cada minuto con impresionantes tepuyes y ríos que te harán sentir en medio de un Parque Jurásico.
Vete muy cómodo, listo para mojarte de vez en cuando y para caminar. En el trayecto seguro te llevarán al Pozo de la Felicidad, excelente para un descanso y para refrescarse con las heladas aguas de la zona. Comimos un sándwich de almuerzo, y rápidamente continuamos nuestra aventura por los ríos Carrao y Churum. Poco a poco el trayecto se va haciendo más complicado, sin embargo, nunca dejarás de deleitarte por la naturaleza.
De repente, sin aviso, verá de frente al imponente Auyantepuy y a su Salto Ángel. ¡Allí tu cansancio desaparecerá! El camino para subir hasta el mirador no es fácil. Se hace en una hora o tal vez dos horas, según tcapacidades físicas. Lo importante es que nunca pierdas el ritmo, ve siempre por donde pisas y ten cuidado con las inclemencias del terreno.
Al llegar al mirador sentirás que has arribado al paraíso. Tal como el personaje de Carl Fredricksen, en la película animada “Up”, quien al llegar a Canaima a bordo de una casa flotante suspendida con globos de helio, hizo su sueño realidad. Disfruta del paisaje y, si la temporada te lo permite, baja hasta el pozo a bañarte con el agua que cae directamente del salto más alto del mundo.
Así como la subida es complicada, el descenso también lo es. Ve muy bien donde pisas y sin apuros, nadie quiere lesionarse en medio de la selva. Esa noche dormimos en uno de los campamentos de la Isla Ratón, frente al Salto Ángel. Después de escoger las hamacas, cenamos y disfrutamos de excelentes conversaciones donde muchos idiomas fluyeron y se nutrieron nuestras experiencias. No te preocupes por dormir al aire libre, en la zona no hay animales y además el cansancio te vencerá.
Día 3 (Canaima): Despierta y camina un poco, no olvides que de frente tendrás ese maravilloso paisaje. Desayunamos y salimos de vuelta a Canaima. El trayecto se hizo más corto de regreso, pues íbamos a favor del rio. Los rápidos te divertirán un montón, así que agárrate bien de la curiara, no querrás perder de vista ningún tepuy.
Al llegar a Canaima nos estaban esperando con un delicioso almuerzo. Luego tendrás chance de visitar algunas tiendas de artesanía de la zona o disfrutar una vez más de la Playa de Canaima. Sin estrés, acércate al aeropuerto una media hora antes del vuelo, no te pierdas ningún detalle ¡te arrepentirás! Este es un viaje para amantes de la aventura y para disfrutar al máximo de Venezuela.
Comments